La vida se expresa de múltiples formas y a la gran variedad de formas de vida la llamamos
BIODIVERSIDAD. La biodiversidad incluye a todos y cada uno de los seres vivos que
habitan el planeta Tierra, incluyendo a los ecosistemas de los que ellos forman
parte.
Por múltiples razones es
necesario clasificar toda esa enorme cantidad de seres vivos. Desde el punto de vista biológico, clasificar no es otra cosa que ordenar a los
seres vivos en grupos, basándose en características que tengan en común. Pero
para poder incluir un organismo dentro de un grupo, primero hay que describirlo.
La ciencia encargada de
nombrar y clasificar a los organismos en categorías organizadas jerárquicamente
se denomina taxonomía; es una subdisciplina de la Biología
Sistemática, la cual estudia las relaciones de parentesco de los seres vivos y
su historia evolutiva o filogenia.
Retomando la
clasificación de los organismos, desde fines de los años 60 y en base a la
propuesta del investigador Robert Whittaker, la mayoría de los biólogos agrupa
a los seres vivos en 5 grandes grupos llamados REINOS,
basados principalmente en tres características: tipo de célula, número de
células en cada organismo y la forma de obtención de energía. Los cinco
reinos son:
1. Mónera: Se agrupan los microorganismos de
tipo procariótico conocidos coloquialmente como “bacterias”.
2. Fungi: los
hongos
3. Plantae, las
plantas
4. Animalia, los
animales y
5. Protista, un
grupo muy variado de organismos de tipo eucariótico. Desde sus inicios, fue un
reino por defecto, es decir, todo aquello que no era ni fungi, ni planta ni
animal, se lo incluía dentro de este grupo.
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